Hay muchos supuestos en los cuales, tras el fallecimiento de un familiar, los herederos no se ponen de acuerdo en que hacer con los bienes que tienen en común tras el reparto de la herencia, muchas veces se mezclan las malas relaciones anteriores, con las sorpresas en los testamentos y se generan situaciones en las que los sentimientos están por encima de los intereses económicos, llegando a no importarles la herencia con tal de fastidiar al otro.
En estos casos, la única solución es la venta del bien a una de las partes o a un tercero y en caso de no ponerse de acuerdo, para solucionar estos conflictos, existe la denominada acción de división de la cosa común, donde judicialmente se pone a la venta el bien, mediante subasta y se reparte lo obtenido entre los herederos. El problema es que entre lo que se puede obtener en la subasta, que siempre va a ser menor que el precio de mercado y el coste en abogados y procuradores, se pierde gran parte de la herencia.
Para no llegar a estos extremos, es importante contratar a un abogado, especialista en mediar en casos de herencia, un tercero que haga ver a las partes la importancia de llegar a un acuerdo donde se conjuren los intereses de todas las partes y que busque soluciones a las discrepancias que existan, en el valor de los bienes, quien los puede adquirir…. No olvidemos que aunque nos duela, es mejor un buen acuerdo que un mal pleito.
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