El uso masivo de la mensajería instantánea como medio de comunicación entre las personas ha obligado a los juzgados a analizar y darle un valor como prueba a los mensajes de Whatsapp, ante la falta de regulación concreta por parte del legislador, más allá de la referencia a comunicaciones telemáticas en algunas leyes.

Hoy en día nadie se plantea si un mail sirve para probar una conversación o un contrato, pero el uso del Whatsapp por su inseguridad y facilidad de manipulación si lo genera

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Recientemente en nuestro despacho, ganamos un caso, en el que se obligaba a la parte contraria a pagar la mitad de un préstamo, que no estaba a su nombre porque había reconocido por Whatsapp que el préstamo era de las dos personas y había estado pagando la mitad del mismo desde el principio.

Igualmente hay una Sentencia en el Juzgado de Primera Instancia de Valencia por un procedimiento de desahucio de un alquiler por impago, en el que la demandada carecía de defensa para paralizar el lanzamiento de su vivienda de alquiler pues no había pagado la renta en varias ocasiones. Pero en un mensaje de Whatsapp propuso al arrendador ir pagando poco a poco más renta cada mes para ir liquidando la deuda, a lo que el arrendador aceptó con un mero ‘ok’. Lo cual fue entendido por el Juzgado como un acuerdo de pago y paralizo el desahucio.

A pesar de ello, el Tribunal Supremo ya mostró en 2015 su cautela a aceptar este tipo de documentos como prueba en un juicio, por la facilidad con la que podían ser manipuladas. Sin embargo a día de hoy, si el abogado contrario no impugna los mensajes de Whatsapp como prueba serán admitidos y si no está de acuerdo con su validez, se admitirán siempre que hayan sido obtenidos de forma lícita y que sean mensajes auténticos e íntegros.

Moraleja, es importante tener mucho cuidado con lo que se escribe en un Whatsapp, porque un simple ok lo puede cambiar todo.